Hay una frase que suelo escuchar tanto en la primera consulta como fuera de ella: “yo no me siento tan mal como para ir al psicólogo”. Entonces pregunto: “Y, ¿qué es sentirse mal para ti?” En la respuesta que tengas para esa pregunta, encontrarás el motivo y el momento para acudir a terapia.

La duración del proceso terapéutico depende de cada caso. Juntos formaremos un equipo. Por tanto, por tu parte sería adecuado mostrar implicación y, por la mía, el compromiso de trabajar de forma eficaz contigo.

El proceso de terapia implica aprendizaje y cambio, por tanto, la forma de trabajar es muy práctica. Cada técnica que trabajemos en sesión, debe seguir entrenándose fuera de consulta para promover ese cambio. Según tus necesidades y circunstancias, te propondré ejercicios para casa con el objetivo de asimilar lo trabajado conmigo durante la sesión. Se trata de trasladar lo aprendido en terapia a la “vida real”, a otros contextos. Su realización no es obligatoria, tú eres quien decide si hacer esas tareas o no. Aunque, por mi experiencia profesional, aconsejo su elaboración como complemento de cada sesión. Al final, hablamos de un compromiso contigo mismo/a.

Tendrás contacto vía e-mail conmigo entre sesión y sesión. De esa forma, podremos comunicarnos sobre temas relacionados con tu proceso terapéutico, como por ejemplo, la entrega de ciertos ejercicios. Aunque en esa comunicación entre sesiones no se realizará asistencia ni se realizará terapia. Ese proceso lo dejamos para las sesiones, donde la comunicación será más fluida, directa y cercana.

Para cualquier modalidad, sea online o presencial, ponte en contacto conmigo a través del formulario de contacto, WhatsApp, email. Recibirás una respuesta con la mayor brevedad posible. La reserva quedará confirmada con el previo pago de la sesión tras acordar la fecha.

Sí, podrás modificar o cancelar una sesión reservada si lo haces, como mínimo, con 24h de antelación al día de la cita, en días laborales. Si no avisas con esa antelación, no se aceptarán cambios y la sesión se anulará sin posibilidad de reembolso.

Cada sesión contigo necesita de una previa preparación por mi parte para aprovechar al máximo el tiempo de terapia, con la finalidad de que avances en tu proceso terapéutico en el menor tiempo posible. 

Fácil. Cuando se acerque la hora de la sesión, busca un lugar cómodo en el que puedas estar en calma. Cuando llegue la hora reservada, te enviaré un mensaje vía WhatsApp con un link.

Podrás usar cualquier dispositivo, pero resultará más cómodo si lo haces desde un ordenador o tablet. No necesitarás registrarte, solo hacer click y listo, nos veremos en pantalla.

Tanto la Ley como el Código Deontológico obliga a los psicólogos a guardar el secreto profesional. De hecho, antes de comenzar la terapia te explicaré y leeremos juntos un documento sobre la confidencialidad. Resolveré todas las dudas que puedas tener al respecto.

En palabras de Aristóteles, “no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”. Y es que la curiosidad y la motivación por entender qué te ocurre y querer mejorar es fundamental y un gran paso con el que iniciar tu camino hacia el bienestar. Sin embargo, y aunque los libros nos aportan información muy valiosa, el contenido es general. La estrategia queda incompleta con la mera acumulación de conocimiento. Para sentirte mejor, debes tener conocimiento, pero también saber cómo aplicarlo. Por esta razón, es recomendable trabajar junto a un profesional de la salud mental desde un enfoque individualizado. Tras evaluar tu caso, diseñaré una estrategia adaptada completamente a ti, fundamentada en la ciencia pero sin olvidar tu singularidad.

En primer lugar, debemos aclarar que la progresión en terapia no es lineal. Porque la vida no lo es tampoco. Con esto quiero explicarte que, durante el proceso, podemos encontrar recaídas cuando parece que todo va bien en terapia. Y, de nuevo, volver a encontrar estabilidad. Sin embargo, hay ciertos puntos que aconsejo tener en cuenta en tu valoración:

• Me siento cómodo/a con mi psicóloga.
• Cada sesión tiene objetivos destinados a la consecución de las metas basadas en mi motivo de consulta.
• Observo cambios en mí que me hacen sentir cada vez mejor.
• He avanzado respecto al punto en el que comencé la terapia.
• La comunicación es fluida y de confianza entre mi psicóloga y yo, incluyendo feedback honestos y respetuosos, por ambas partes, sobre el resultado de la terapia.